Lo que sabemos del cerebro
En marzo de 2011 tuve la oportunidad de asistir a la ponencia de John Medina llamada Brain Rules for Learning, dentro del congreso Learning Solution Conference en Orlando.
John Medina es un biólogo molecular que ha dedicado su vida a investigar qué pasa en el cerebro cuando aprendemos. Fundó el Talaris Institute en Seattle y fue una de las figuras más esperadas del congreso, ya que probablemente muy pocas personas en el mundo sepan mejor que él cómo funciona el cerebro cuando aprendemos. Y allí estábamos unas 300 personas preparadísimas para apuntar cada una de las verdades que nos iba a contar Medina. Lo que nos contó los primeros 5 minutos de su ponencia nos dejó a todos atónitos.
Nos contó que en una oportunidad le tocó observar el trabajo de uno de los neurocirujanos más importantes de Estados Unidos, George Ojemann. Ojemann estaba examinando el cerebro expuesto de una niña de 4 años realizando una técnica que hemos visto en muchas películas y series de televisión llamada estimulación eléctrica del cerebro. En esta técnica, el paciente, en este caso la niña, estaba completamente consciente, mientras el neurocirujano iba tocando con un cable algunos puntos de su cerebro, completamente al aire. Cada vez que el médico tocaba un punto le preguntaba a la niña ¿has sentido algo? a lo que ella respondía «alguien me ha tocado la mano izquierda» o «alguien ha tocado mi mejilla«.
Ojemann estaba mapeando el cerebro de la niña, intentando aislar la zona que le provocaba una severa epilepsia, y estuvo horas con la pequeña haciendo esta tarea, y para cada respuesta que ella le daba él marcaba la zona de su cerebro con un pequeño papelito al que le marcaba una inicial. Por ejemplo, cuando identificó el área donde estaba localizado el idioma español (la niña era bilingüe) la marcó con una «S» mientras que el área donde se alojaba la gramatica en inglés, la marcó con una «E«.
El cirujano le contó a Medina posteriormente que realizaba esta tarea con cada uno de los pacientes a los que operaba: cada vez que trataba un tumor, aneurisma, epilepsia o cualquier trastorno relacionado con el cerebro, tenía que mapear el cerebro de sus pacientes. ¿Por qué hacía esto? Simplemente, porque no tenía ni la menor idea de dónde se ubicaban las áreas que controlaban nuestro cuerpo. No tenía idea. Después de haber operado cientos cerebros, de ser uno de los neurocirujanos más respetados y premiados de Estados Unidos, no tenía idea qué parte del cerebro debía tocar o no, porque cada cerebro está cableado de diferente manera.
Los americanos tienen una bien merecida fama de ser personas prácticas, se orientan más a las soluciones que a las razones o reflexiones y por ello sus congresos están plagados de «técnicas para», «guías de», «talleres prácticos», «pasos para», etc. es decir, el aprendizaje gira en torno a acciones para conseguir un resultado y eso es lo que todos esperábamos de la conferencia de Medina, que nos contara hechos sobre el cerebro que nos ayudaran a crear mejores cursos online y ¿qué nos dio él? Básicamente nos dijo que no sabemos prácticamente nada del cerebro ni de cómo aprendemos. Más bien, lo que nos dijo es que lo que sabemos del cerebro es tan poco que no se pueden realizar prescripciones en base a estos conocimientos.
Ese es el momento en que empiezas a cuestionarte todo lo que lees en la prensa o que escuchas por ahí, llámese efecto Mozart, métodos alternativos de aprendizaje, si predomina el lado derecho o el lado izquierdo, si tenemos un único tipo de inteligencia o si se trata de inteligencias múltiples, si los estilos de aprendizaje son tres o cuatro… y te das cuenta que ninguna de estas ni de la gran mayoría de técnicas que lees por ahí están basadas en hechos, sino que se trata de teorías que están lejos de ser contrastadas científicamente.
Hace poco leí un artículo muy interesante en el blog de Naukas que hablaba de los errores que cometen los medios de comunicación cuando publican noticias relacionadas con la ciencia. Muy en su estilo, contaban que en Inglaterra se realizó una investigación que tenía como fin medir la distancia conceptual que había entre los descubrimientos científicos y los artículos de prensa que hablaban de estos mismos artículos y descubrieron que la mayor parte de los errores se producían en las mismas universidades o centros de investigación, cuyos centros de comunicación redactaban las notas de prensa con errores importantes, es decir, quienes redactaban estas noticias no se enteraban muy bien de los resultados que debían comunicar o funcionaban más bien con la lógica de conseguir tráfico con títulos interesantes. En este artículo recopilan algunos de estos errores comunes.
En fin, volviendo al tema del anterior, mapear el cerebro se ha convertido en uno de los desafíos y objetivos más importantes de la ciencia y cuando se haya conseguido tener un mapa completo del mismo probablemente cambie nuestra percepción del mundo de manera radical. Me encantaría estar allí cuando eso pase y cuando pienso en ello me veo viviendo actualmente en la época de las cavernas, pensando que en no mucho tiempo más todo lo que sabemos y creemos hoy pasará a la historia como una etapa más bien oscura, donde tanteamos y creemos cosas sin mucho rigor, pero con ansias de saber cada vez más. Al menos me gusta pensarlo así.
Referencias:
- Medina, J. Brain Rules, 2011 (En español, Exprime Tus Neuronas
)
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